LA PUERTA QUE DUDÉ EN ABRIR La puerta que dudé en abrir era el otoño luminoso mes del que no recuerdo nada. El hedor de las hojas podridas en su voz. Mientras las sombras sensuales de los árboles ardían en el río me convertí en un insecto de soledad entre la yerba. Sentado al borde de ese tiempo y en la ocre penumbra del bar respiré los sonidos del campo y su efímera calidez. Absorto miré sus labios heridos finamente por una sonrisa. Traté de predecir el amargo sabor de un gin and tonic cuando el brillo de su vaso reflejó justo en mis ojos. Borrachos regresamos más tarde a casa y nos desvestimos antes de que apagara la luz y viera sus delicados hombros. ¿Qué viento le hacía el amor a la fronda de los árboles fuera de la puerta que dudaba en abrir? En el oscuro olor de la carne cocida ciego te lamí con lenguas de placer y dactilares de miedo. En mis recuerdos eres un tratado de luz escrito en braille. Nos mecimos en la cuna vacía de la tarde el vaivén a través de la noche. ah mi descreído amado dijiste: "el cielo se ha abierto en mi sangre y vuela". Ahora entiendo que el amor no me ha enseñado nada soy incapaz de evadirme de mí mismo. Mis instintos son bestias sin bosques mi alma es un ave sin cielo. Todo lo que escucho es el rayar del viento entre los árboles, la estertórea voz del mar a la distancia en mi cerebro. Sus pechos temblaban en la gris lluvia de mis dedos. La piel no tiene memoria y la memoria no tiene piel. ¿Cómo puedo renegar de haber conocido la frescura de su boca? Un perro aulló mientras hacíamos el amor y el cristal de la ventana era blanco como el invierno. Ahora que he apagado las luces una sábana es el olor de la carne quemada sobre el cuarto y ella un profundo grano de sal para mi lengua que no olvida. Mañana el cabello del poema devendrá cano. El viento habrá cesado cuando yo aparezca. El triste hueco del baño con sus espejos interrogantes. Desperté y vi mi lecho blanco y vacío me pregunté si lucía todo aletargado, miré los muros de mi habitación y fuera de la ventana me pregunté cuál era el sentido de la palabra espacio. Abrí las llaves y miré el mmilagro que corría, me pregunté qué era en verdad el agua y por qué debía estar siempre húmeda, miré el espejo entonces profundo y claro me pregunté si mi reverso era igualmente verdadero. Hojeo un libro con los poemas de Ghalib en el que también se pregunta ¿cuál es la cura para este mal? ¿Qué yerba habrá de nacer y qué cosa es en verdad el aire?
(Traducción de Alí Calderón)
DOMINGO Mañana, los pies se apresuran hacia el carnicero por las mejores piezas; de repente, el mundo es un gemido colgando de la lengua de una insaciable necesidad. Ausencias rancias en mi aliento, días que quieren dejar de empezar de nuevo; una hora o dos de lectura momentos que no me interroguen donde pueda ser sólo yo, manos levantadas al viento. El día es un propósito-- lavar la pila de ropa, fracasar en poder quitarle el hedor de fantasmas; cocinar, comer, cansarse rápidamente y dormir sin sueños, pero lugares donde viví brevemente, vuelven en arrebatos bajo una incoherente lluvia. A última hora de la tarde, tomando un fino Darjeeling, trato de comprender las cosas, sacar algunas líneas si es posible, pero el escozor ya no lleva más a las palabras; la puerta, desgastada en los bordes, no espanta a la sangre. Por otro lado, la luz es adecuada, se hace sentir como una pequeña victoria-- otro domingo casi ha pasado bajo la contemplación del milagro: estoy viva; haré lo que sea necesario para despojar al día de sus últimas ilusiones; hay cartas por borrar, un libro de máscaras para cerrar y abrir, hacer que pequeñas risas irrumpan mientras pienso en cómo dejé de aprehender la derrota en el breve grito de la noche.
NUEVO AMOR para O. Otro partir palabras tratando atrapar el sentido de quedarse, permanecer un poco más en el borde del sentimiento. Los días pasan volando en poemas que regresan al viento; los te amo no pronunciados sin una gota de humor, una oscura sabiduría que nunca pedimos. Aún así escapas infantil, en paseos en caminos brumosos, leyendo poesía con mi carga apoyada sobre tus hombros. Y prematuramente, lloro mientras veo un emoticón rojo en un sms donde la imaginación es un sabor tentador de cálidas castañas vendiéndose en algún lugar de las calles de Estambul, la visión de una mezquita azul que siempre he soñado visitar... Cada frágil esperanza ya ha ocupado el lugar que le corresponde en este patológicamente tímido mundo de nuestros traicionados dolores y miedos: el perro, comics, cocinar el uno para el otro, retazos de preocupado fastidio... Sólo que no sabemos cómo lidiar con aquello que sabemos; la triste magia que conspira para hablar en nosotros a un mundo sordo. Así que esperamos, con alegre cautela, la miserable aptitud en las palabras, traslapando en la orilla de un viejo mar roto en nuestros ojos; viendo a la promesa jugar como un gato con nuestros cojeantes antiguos seres, desde aquella dolorosamente cultivada distancia, donde es posible preguntarse si aún queda algo aquí, algún ligero movimiento que imitase lo que nos hemos forzado a golpes a olvidar; espolearnos, desarmados otra vez en el deseo más feroz de la muerte por la vida; seguir juntos desafiando esta terriblemente hermosa tranquilidad.
Nacido en 1938, fue uno de los principales poetas y críticos indios que surgieron en la India postindependentista. Además de construir una obra literaria tanto en marathia como en inglés, fue pintor y cineasta. Su colección de poesía Ekun Kavita se publicó en la década delos noventa en tres volúmenes. Publicó también, en 2007, una selección de sus poemas en marathi traducidos al inglés titulada Shesha, en la editorial Poetrywala. En el ámbito de la traducción destacan su traducción del célebre poeta marathi bhakti del siglo XVII, Tukaram (publicado como Says Tuka), así como Anubhavamrut del poeta bhakti del siglo XII Dnyaneshwar.
Estos poemas fueron publicados en Otros vislumbres. Poesía actual de la India (2019), editado por Círculo de Poesía.