Tres poemas de Dilip Chitre (India)

LA PUERTA QUE DUDÉ EN ABRIR

La puerta que dudé en abrir
era el otoño
luminoso mes del que no recuerdo
nada.
El hedor de las hojas podridas en su voz.
Mientras las sombras sensuales de los árboles ardían en el río

me convertí en un insecto de soledad entre la yerba.
Sentado al borde de ese tiempo

y en la ocre penumbra del bar
respiré los sonidos del campo y su efímera calidez.
Absorto miré sus labios
heridos finamente por una sonrisa.
Traté de predecir el amargo sabor de un gin and tonic
cuando el brillo de su vaso reflejó justo en mis ojos.

Borrachos regresamos más tarde a casa y nos desvestimos
antes de que apagara la luz y viera sus delicados hombros.
¿Qué viento le hacía el amor a la fronda de los árboles
fuera de la puerta que dudaba en abrir?

En el oscuro olor de la carne cocida
ciego te lamí con lenguas
de placer y dactilares de miedo.

En mis recuerdos eres un tratado de luz
escrito en braille.
Nos mecimos en la cuna vacía de la tarde
el vaivén a través de la noche.
ah mi descreído amado dijiste:
"el cielo se ha abierto en mi sangre
y vuela".

Ahora entiendo que el amor no me ha enseñado nada
soy incapaz de evadirme de mí mismo.
Mis instintos son bestias sin bosques
mi alma es un ave sin cielo.

Todo lo que escucho es el rayar del viento entre los árboles,
la estertórea voz del mar a la distancia en mi cerebro.
Sus pechos temblaban en la gris lluvia de mis dedos.
La piel no tiene memoria y la memoria no tiene piel.
¿Cómo puedo renegar de haber conocido la frescura de su boca?
Un perro aulló mientras hacíamos el amor
y el cristal de la ventana era blanco como el invierno.
Ahora que he apagado las luces una sábana es
el olor de la carne quemada sobre el cuarto
y ella un profundo grano de sal para mi lengua que no olvida.
Mañana el cabello del poema devendrá cano.
El viento habrá cesado cuando yo aparezca.
El triste hueco del baño con sus espejos interrogantes.

Desperté y vi mi lecho blanco y vacío
me pregunté si lucía todo aletargado,
miré los muros de mi habitación y fuera de la ventana
me pregunté cuál era el sentido de la palabra espacio.

Abrí las llaves y miré el mmilagro que corría,
me pregunté qué era en verdad el agua y por qué debía estar siempre húmeda,
miré el espejo entonces profundo y claro
me pregunté si mi reverso era igualmente verdadero.

Hojeo un libro con los poemas de Ghalib
en el que también se pregunta
¿cuál es la cura para este mal?
¿Qué yerba habrá de nacer y qué cosa es en verdad el aire?

(Traducción de Alí Calderón)

DOMINGO

Mañana, los pies se apresuran
hacia el carnicero por las mejores piezas;
de repente, el mundo es un gemido
colgando de la lengua
de una insaciable necesidad.

Ausencias rancias en mi aliento,
días que quieren dejar de empezar de nuevo;
una hora o dos de lectura
momentos que no me interroguen
donde pueda ser sólo yo, manos levantadas
al viento.

El día es un propósito--
lavar la pila de ropa,
fracasar en poder quitarle
el hedor de fantasmas;
cocinar, comer, cansarse rápidamente
y dormir sin sueños,
pero lugares donde viví brevemente, vuelven
en arrebatos bajo una incoherente lluvia.

A última hora de la tarde, tomando un fino Darjeeling,
trato de comprender las cosas,
sacar algunas líneas si es posible,
pero el escozor ya no lleva más a las palabras;
la puerta, desgastada en los bordes,
no espanta a la sangre.
Por otro lado, la luz es adecuada,
se hace sentir como una pequeña victoria--
otro domingo casi ha pasado
bajo la contemplación del milagro:
estoy viva;
haré lo que sea necesario
para despojar al día de sus últimas ilusiones;
hay cartas por borrar,
un libro de máscaras para cerrar y abrir,
hacer que pequeñas risas irrumpan mientras pienso
en cómo dejé de aprehender
la derrota en el breve grito de la noche.
NUEVO AMOR

para O.

Otro partir
palabras tratando
atrapar
              el sentido
de quedarse,
              permanecer
                    un poco más
                            en el borde
del sentimiento.
Los días pasan volando
              en poemas que regresan
al viento;
los te amo
              no pronunciados sin
una gota de humor,
              una oscura sabiduría
                    que nunca pedimos.
Aún así escapas
infantil,
              en paseos
en caminos brumosos,
              leyendo poesía
con mi carga
              apoyada sobre tus hombros.
Y prematuramente,
lloro mientras veo
              un emoticón rojo en un sms
                    donde la imaginación
                            es un sabor tentador
de cálidas castañas vendiéndose en algún lugar
              de las calles de Estambul,
la visión de una mezquita azul
              que siempre he soñado
                    visitar...
Cada frágil esperanza
              ya ha ocupado el lugar que le corresponde
                    en este patológicamente tímido mundo
de nuestros traicionados dolores y miedos:
el perro,
              comics,
                    cocinar el uno para el otro,
                            retazos de preocupado fastidio...
Sólo que no sabemos cómo
              lidiar
                    con aquello
                            que sabemos;
la triste magia
que conspira para hablar en nosotros
a un mundo sordo.
Así
              que
                    esperamos,
                            con alegre
cautela,
              la miserable aptitud
en las palabras,
              traslapando en la orilla
de un viejo mar roto
en nuestros ojos;
viendo a la promesa jugar
              como un gato
                    con nuestros cojeantes
antiguos seres,
desde aquella dolorosamente
              cultivada distancia,
donde es posible preguntarse
              si aún
                    queda algo
                            aquí,
algún ligero movimiento
              que imitase
                    lo que nos hemos forzado a golpes
a olvidar;
espolearnos, desarmados otra vez
              en el deseo más feroz de la muerte
                                          por la vida;
seguir
              juntos
                    desafiando esta
                            terriblemente hermosa tranquilidad.

Nacido en 1938, fue uno de los principales poetas y críticos indios que surgieron en la India postindependentista. Además de construir una obra literaria tanto en marathia como en inglés, fue pintor y cineasta. Su colección de poesía Ekun Kavita se publicó en la década delos noventa en tres volúmenes. Publicó también, en 2007, una selección de sus poemas en marathi traducidos al inglés titulada Shesha, en la editorial Poetrywala. En el ámbito de la traducción destacan su traducción del célebre poeta marathi bhakti del siglo XVII, Tukaram (publicado como Says Tuka), así como Anubhavamrut del poeta bhakti del siglo XII Dnyaneshwar.

Estos poemas fueron publicados en Otros vislumbres. Poesía actual de la India (2019), editado por Círculo de Poesía.

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