Publicar (ensayo), por Carlos Vicente Castro

Si publicar fuera tan importante como soñar, lo buscaría uno todo el tiempo. Pero no es para nada importante. Lo es comunicarse, dialogar, de alguna manera con-vivir a partir de la escritura, reflexionar, conocerse y reconocer el mundo, mas publicar nada más por hacer pública la propia estupidez, para que el nombre salga en el periódico o que titule un libro malo, mejor abstenerse. Firmar un texto significa tan sólo adquirir una responsabilidad ante lo dicho, dibujar con el nombre una huella digital que señala el último rasgo de una personalidad configurada, esbozada por las letras que le siguen o preceden. De los textos que uno escribe los hay buenos como los hay malos, y los “buenos textos” no lo son por estar bien redactados, sino bien imaginados. Imaginar bien es pensar bien, y por eso escribir bien, y es que escribir congrega algo mejor que sólo aplicar o dejar ver una técnica. Se trata de un movimiento natural. Lo único malo de lo malo que uno escribe es que al publicarlo es ya imposible borrarlo, tacharlo, reescribirlo o tirarlo a la basura. La imaginación abre las puertas de la percepción, nos abre los sentidos para sentir al otro y comunicarlo. Una deficiente comprensión del fenómeno de la escritura es pensar que somos “más” mientras más aparece nuestro nombre en las revistas o más se nos menciona. Lo que habría que esperar –y afirmarlo compromete– es esa limpieza de sentido en el diálogo que abrimos y ofrecemos al prójimo, ese tan deseable próximo. Escribimos por necesidad de sacar del cuerpo aquello que de permanecer dentro nos envenenaría: al echarlo fuera sanamos de esa enfermedad de vivir sólo para nosotros mismos. Lo demás, la fama, las becas, los premios y tantas otras pretensiones, son asuntos extra-artísticos, y en ese sentido innecesarios. Al menos no debieran estorbar el nacimiento de la obra.

Carlos Vicente Castro (Cocula, México, 1975) ha publicado los libros Late night show (2021), Salida de emergencia (Mano Santa, 2020) y Un edificio en construcción (Mantis, 2015), entre otros. Editó y compiló El Palacio de las Uñas (Impronta-Metrópolis, 2023), una selección de poesía de Ángel Ortuño. Impartió el taller de poesía de Guadalajara Capital Mundial del Libro 2023 y dirigió la revista Metrópolis.

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