Portada del libro 'Las correspondencias' de Alí Calderón

Poemas de ‘Las correspondencias’ de Alí Calderón

Alí Calderón nació en la Ciudad de México en 1982. Poeta, narrador y ensayista. Licenciado en Lingüística y Literatura Hispánica. Ha colaborado con artículos y poemas en Alforja, Dosfilos, Luvina, Reverso, Revista de Literatura Mexicana Contemporánea (University of Texas, en El Paso) y Tierra Adentro. Profesor de la Facultad de Filosofía y Letras, BUAP. Es cofundador de la editorial y la revista Círculo de Poesía. Becario de la Fundación para las Letras Mexicanas 2003-2004. Premio Interuniversitario (BUAP/UDLA/UIA) de Ensayo del estado de Puebla 2003. Premio Nacional de Poesía Ramón López Velarde 2004. Premio Latinoamericano de Poesía Benemérito de las Américas 2007 por De ser en el mundo. Parte de su obra se incluye en diversas antologías, entre ellas Los mejores poemas mexicanos. Edición 2005 (FLM/Joaquín Mortiz, 2005); Más vale sollozar afilando la navaja (Cuiria, 2004) y Poesía ante la incertidumbre, antología  de nuevos poetas en español (Visor, Madrid, 2011).
Presentamos aquí una selección de poemas de su libro Las correspondencias, publicado en 2015 por Círculo de poesía como parte de la Colección Visor de Poesía.

Sarajevo

El viento es frío quema
y hace temblar a quien aguarda
el sordo paso del tranvía
Los ancianos reclinan
la cabeza en el vidrio
El tedio de vivir les surca el rostro
Empañan los cristales con miradas
perdidas su lejana indiferencia
Es Sarajevo el sol
se encaja en los disparos de mortero
las ruinas las fachadas
Hay una transparencia que lastima
el vuelo el rumbo de las aves
Lontano  
las colinas y al acecho
caen sobe la Sniper Alley
Nada me asombra ya ni me resigna
si dices que te vas
que sólo sabes irte
Las aguas del Miljacka
corren de pronto envejecidas
oscurecen su paso bajo el puente de Princip
De un disparo perfecto asesinaron
aquí a un Archiduque
Nosotros hemos muerto
hasta el hartazgo muchas vidas juntos
En el umbral de una iglesia ortodoxa
alguien observa cómo
se consume la luz de las candelas
Extintas ya las teas se remueven
Ha quedado vacío el kirostatis
Welcome to hell advierten
grafitis de otro tiempo
Del infierno no queda
sino esta lenta calma
prolongado después que nos habita
Los gatos hurgan en bolsas de basura
Crece la yerba en lápidas de parques cementerios
Ha cruzado el tranvía deja
un estruendo el temblor
del aire tras los rieles
quizá un recuerdo
nada

***

Si por fin lo dijera?
Si mis palabras fueran fingimiento y ceniza?
Si disimulo y silencio y vergüenza
redujeran a polvo la andadura?
Si los días felices visión fuesen y envés
espejismo de lo no nunca sido?
Si el recaudo final
entregase moneda falsa y cobres
focos fundidos manchas
cortejos fúnebres al paso nada
apenas negras cruces
y anhedonia?
Si desconfianza y cardos
un segundo
no habitasen mi nombre y lo llagaran
y las palabras postración derrota
perdieran su sentido
yo podría
pero mi condición de enser de nula
presencia irremediable
de urracas remontando el cielo al norte
me interdicta
me obliga al cumplimiento
de las infames líneas de la mano
de la sonrisa el gesto siempre amable
las muertes cotidianas
Si frustración y branquias
y patíbulo dejasen su aquí
su irrevocable ahora?
Si finalmente al carajo
todo fuera?
Si ráfagas de viento
arrasaran lo que sea que soy
y asepsia?
Si el telón de la farsa levantase
mutis definitivo?

Ahora que la noche es una flor carnívora de sombra
y que todo destello en la negrura
invoca antiguas llagas que humillaron la carne
ahora que silencio y día son
la ceniza que me habita estarás
collar de flores y rasguño
atemperada
ignota en otras manos
Deslazado por el viento y esparcido
un escándalo descenderá por tu cabello
Se agitarán tus pendientes al terso ritmo de tu risa
y ahora será un punto en el tiempo
plegado para siempre entre nosotros
Ahora tus tacones de alta aguja inundarán la casa con su eco
ensayarás el gloss de escarlata tono el escote sport
las fragancias de discreto dulce
La distancia será el ahora que se extienda hasta más allá
de lo tocado por la vista
y ahora
mientras me consumo en el aire enrarecido
y desmaquillas en lento espiral tu rostro
arde tu desnudez bajo mis párpados
Ahora que tu nombre está rodeado de polvo y de mutismo
que no mudarán en carne mis palabras nominándote
que presagio serás inacabado
y no habrás de aparecer de pronto si te pienso
ahora justo ahora
ahora
me quiebro

***

Qué digo cuando digo yo pregunta
un hombre y mira su reflejo
Los cristales de un piso veintisiete

Del Hudson viene el frío
El jabón y la estopa y los camiones
diminutos tan poca cosa desde

los andamios Asoma ahora un rostro
entre los muchos rostros
La suciedad el vidrio

Abajo una pareja camina de la mano
ella sabe con él hace el amor
pero es con otro hombre en otro cuerpo

que ella se siente poseída
Se pone oscuro estrellas
innominadas flotan en silencio

Aquella chica vuelve a casa y sola
su padre está muriendo
El hombre calvo no se explica

la de pronto leucemia de su niño
su modo de decir adiós terapia
intensiva y su mano su gesto incomprensible

El infeliz del brazo roto
odia postema y landra hasta la médula
Un cáncer calcinó a su madre

Las luces rojas de los coches pasan
Igual que expectativas las ventanas
pisos abajo se iluminan

pero se apagan luego:
una estancia vacía
Esa rubia cabello corto abrigo

negro se llama Elise
vivirá en Cromwell Road quizá en Pomona
o en Claremont California no volveré a verla

Donde hubo un paso hay grietas
secretas depresiones en el suelo
Spray para vitrales

y el limpiador arriba abajo
Un cigoto fusión de los gametos
en células blastómeros y blástulas:

gastada greda cae
la gubia matinal del cirujano
En el rincón de un parque

un gato entierra su excremento
Billetes más billetes menos alguien
la luz eléctrica cortada a tientas

vuelve a casa conoce el miedo
palpa la oscuridad
mientras con fuerza frota
y frota y esa mancha

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