En 2021, comenzamos el ciclo de poesía y música Esgrima Silente en Buenos Aires, junto con el poeta y gestor cultural Sebastián «Saquito» Guitar, creador de @VersosANeptuno. A continuación, presentamos textos de quienes participaron del segundo evento.

Fernando Raluy
De mí
Al aroma diurno
al verdor que llegó al rocío cincelando
al perro,
una brizna de mí que ando sin juicio.
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Pamela Neme Scheij
Acá, allá
una madre observa
otorga
la mirada
un globo suelta la mano
una hija, su deseo
el aire hace su parte
el cuerpo recuerda
silencios de siestas
manaba el consuelo
las sábanas olían
a leche tu boca
se escapa un globo
a cada momento
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Gabriela Clara Pignataro
Liebre
Tuve que dejar caer
el fuego
para levantar intacta
la piedra
calentar así, el arco de la noche
en invierno
acostar la mejilla en la tersura
no pensar en el incendio
en la pira destruida
por la fiebre
en la curva tocada
por el encanto
Soy esta liebre
hacia la cueva
alejándose de la intemperie
y el aire enrarecido
pero de lejos
en la nuca
el temblor del árbol caído
y la leña
y la ofrenda
el oro terco del magnetismo.
El eco de tu nombre
un desastre natural
una catástrofe
en la casa segura de mi poblado
corro
aparto la sombra
agiganto así mi cuerpo
mi paso
no alcanzo
la frescura de la tierra
tiemblo echada extendida
cachorra de liebre
olisqueando tu tacto suave
ojo forastero destella
las luces de peligro
alerta abismo:
toda tu llanura eléctrica
sobre mi pelaje.
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Unai Rivas Campo
El cráter
Conquista tus soledades
Perdona a todos tus enemigos antes de matarlos.
No te entierres en la misericordia de la derrota
En el silencio de la cobardía.
Escupe
Y deja que el miedo te incendie
Que tu huella húmeda infecte con furia la casa del cordero
Que tu crimen no sea consumado
Y de serlo, que sea perfecto.
Te harás amiga del gusano
De la rata
Abrazarás la muerte y besarás sus pies.
Y que su saliva roja cante a lomos de un Ícaro sangriento
Será la venganza de la melodía venenosa
La pesadilla ardiendo entre tus piernas
Los últimos y los que vendrán después.
Calla
Que nadie sepa jamás quién fuiste
De dónde vienes
Que el secreto de tu lengua deslice los silencios en una inmensa estrella agonizante.
Miente
Susúrrales mentiras a los viejos
Les prometerás la vida eterna en jugueterías azules
Traicionarás su tiempo en una tumba de cenizas
Aparatos oxidados
Perros desdentados
Bichos
Y horizontes de paja.
Pisa
Pisa la tierra fértil del útero de la madre muerta
El paraíso macabro de tus huesos olvidados
Allí sembrarás la sal
Y parirás infiernos.
Luego ríe
Búrlate a lomos de la parca compañera
Porque ella será tu cómplice
Bailarás entonces en el huracán de los inviernos de ceniza
y pájaros enfermos.
Y no te detengas
Al final, solo puede quedar un cráter.
Después vete
Cierra la puerta al salir
Y jamás regreses.
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Javier Martínez Conde
Autorretrato
Eras el que callaba al fondo de la mesa;
el que observaba el show
con ganas de ser visto.
Alguien miró por fin y te entregaste
empazaste a bailar hipnotizado.
Más de una vez te preguntaste
qué habrá detrás de los hechizos.
Los hechizos se rompen, ¿Sabés?, como cristales
pero quién no desea
ser cristal, causar efecto.
Estabas cocinando una forma de estar sin preguntarte.
Estabas atendiendo la gracia del instinto.
La respuesta siempre estuvo ahí.
Dentro del cristal ves el paisaje:
hacete cargo.
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Ana Miralba Mujica
Soy la mujer que defiendo
insistí en que yo no estoy en guerra en que activaba el encuentro empático que la micropolítica que la palabra amor luego del último ataque quedó la certeza del arma que me apunta de la garganta al coxis quemando la luna rompiendo la casa que no hay refugio donde escupen cuchillos envueltos en tela que no recoge mi sangre militar es inevitable: la violencia que recibo no es mía ______________________________________________________________________________________________________________
Agustina Amábile
I.
Mi corazón llamó
al tigre en mí
lento
avanza
su mirada animal
me lleva, su corazón
llamó a la humana en mí
mi animal
mi humana
y yo
todos nuestros corazones
ofrecidos al fuego
II.
Apareció el tigre
con su pata
en mi pecho
le devolvió el latido
a mi corazón animal
III.
¿Dónde está mi tigre?
¿Qué hicieron con él?
Que alguien entre
a mi pecho y lo busque
IV.
¿Es mío este animal?
¿Estas patas son mi cuerpo?
Voy a avanzar
hasta despertarlo
que su corazón se desarme
V.
Se soltó mi tigre
me concedió caer
sobre las flores del suelo
puso su olfato sobre mí
puso su peso sobre mí
me acercó su voz
con un tesoro
cargó mi cuerpo
avanzó su flecha
sobre este
y todos los mundos