Por Daniel Schechtel
Al ocaso, sus hordas como avispas
azotan el silencio del poblado;
Atila admira el cielo azul morado
presagiando el aplauso de sus chispas.
“Pueblo bárbaro”, dicen los romanos,
“los hunos solo saben gritar fuego,
en las artes, incluso el rey es lego:
ni conoce la música. ¡Espartanos!”.
Ignoran que en la lid, de la colina,
mientras sus tropas queman una aldea,
Atila ausculta el son de la pelea:
vibra un coral de voces que, en su fuga,
son canon sobre un fuego que se arruga.
Y el director, los tonos, adivina.
Praga, 2016

Publicado en Gambito de Papel N° 7, en marzo de 2017